Frase célebre muy apropiada para acercarnos al cristianismo primitivo o protocristianismo:

“La sangre de los mártires es semilla de cristianos.”
— Tertuliano (siglo II d.C.)

Esta sentencia, pronunciada por uno de los primeros apologistas cristianos, resume con poder la paradoja del cristianismo primitivo: cuanto más se intentó destruirlo, más creció.

Protocristianismo / Cristianismo primitivo: estudio completo y detallado

A continuación presento un dossier sintético pero exhaustivo sobre el cristianismo primitivo (aprox. siglo I–inicios del IV). Incluye cronología, fuentes, creencias, prácticas, organización, expansiones, controversias doctrinales, persecuciones, canon bíblico, arqueología y legado. Cito fuentes primarias y académicas al pie de cada bloque.

1) Delimitación y periodización

Alcance temporal. Suele abarcar desde el movimiento de Jesús (ca. años 30) y la era apostólica hasta la legalización del cristianismo en el Imperio romano (Edictos 311–313) y el umbral de Nicea (325). En la práctica académica, conviene distinguir: fase apostólica (ca. 30–70), subapostólica (70–150) y siglos II–III (150–300). Esta división responde a cambios en autoridad, textos y organización eclesial. Visión de conjunto en Britannica.

2) Fuentes históricas más tempranas

Autores romanos.
- Tácito relata que, tras el incendio de Roma (64), Nerón culpó a los christiani y los castigó; especifica que el nombre proviene de “Christus”, ejecutado bajo Poncio Pilato (c. 30–33).
- Plinio el Joven consulta al emperador Trajano (111–113) sobre cómo procesar a cristianos: describe reuniones al amanecer, un “canto a Cristo como a un dios”, y normas para no perseguir sin denuncia formal. Respuesta de Trajano confirma política de no “perseguir” pero castigar si persisten.
- Suetonio menciona disturbios “a instigación de Chrestus” y la expulsión de judíos por Claudio (49), y alude a castigos a cristianos bajo Nerón.
Autores judíos.
- Flavio Josefo contiene dos pasajes sobre Jesús (Testimonium Flavianum, Ant. 18.3.3) y sobre Santiago, hermano de Jesús (Ant. 20.9.1). La mayoría de especialistas considera el núcleo del Testimonium parcialmente auténtico con interpolaciones cristianas posteriores.
Fuentes cristianas primitivas.
- Cartas auténticas de Pablo (años 50) y evangelios (70–100). Los manuscritos más antiguos conservados incluyen P52 (fragmento de Juan, datado ca. 125–175), prueba de circulación muy temprana.
- Didaché (finales s. I–inicios s. II): manual de moral, liturgia (Eucaristía y bautismo) y organización local. Conserva plegarias eucarísticas muy simples.
- Ignacio de Antioquía (ca. 110): testimonio de estructura triple (obispo-presbíteros-diáconos) en varias iglesias.
- Eusebio de Cesarea (inicios s. IV), Historia Eclesiástica, compendia tradiciones, listas y controversias anteriores.

3) Rasgos doctrinales nucleares y diversidad temprana

Cristología y soteriología. Desde los años 50, Pablo proclama a Jesús crucificado y resucitado como Señor; en el s. II aparecen formulaciones diversas (p. ej., Ireneo: recapitulación; otros: acentos “victoriosos” sobre la derrota de los poderes). Este núcleo es corroborado por el uso litúrgico que describe Plinio (“cantan a Cristo como a un dios”).
Diversidad interna. En los siglos I–II coexistieron corrientes judeocristianas (p. ej., ebionitas), paulinas y escuelas gnósticas; el hallazgo de la biblioteca de Nag Hammadi (1945) mostró evangelios y tratados de corte gnóstico (Tomás, Felipe, etc.), ampliando nuestra comprensión de esa pluralidad.

4) Prácticas y vida comunitaria

Bautismo y Eucaristía. La Didaché instruye sobre bautismo por inmersión (o infusión si no hay agua suficiente) y conserva plegarias eucarísticas sobrias (cap. 9–10). Justino Mártir (ca. 150) describe la asamblea dominical: lecturas, homilía, oraciones, beso de paz, pan y vino “eucaristizados”, y colecta.
Ritmo y disciplina. Reuniones semanales (primer día), ayuno y caridad organizada. Plinio atestigua reunión “en día fijo antes del amanecer” y juramento moral (no robar, no adulterar).
Espacios de culto. Predominio de casas-iglesia. La domus ecclesiae de Dura-Europos (Siria, 233–256) es el ejemplo arqueológico mejor conservado pre-constantiniano, con sala de asamblea y baptisterio con frescos.

5) Organización y liderazgo

De carismas a cargos estables. En el siglo I se pasa de apóstoles, profetas y maestros a presbíteros/epíscopos (supervisores) y diáconos locales. A comienzos del s. II, Ignacio testimonia la monarquía episcopal en muchas ciudades, con presbiterio y diaconado subordinados. Britannica resume funciones y evolución.
Red urbana. Estructura ciudad-iglesia (epíscopo local) conectada por correspondencia y sínodos ocasionales (p. ej., controversias sobre la fecha de Pascua/“cuartodecimanos”).
Participación femenina. Las fuentes mencionan diaconisas y viudas con roles de asistencia y catequesis; figuras como Febe (Rom 16) y la tradición sobre Tecla (Actas apócrifas) reflejan espacios significativos, aunque el desarrollo institucional tendió a clericalizar el liderazgo. (Síntesis a partir de panorama en Britannica y Padres Apostólicos).

6) Relación con el judaísmo y “parting of the ways”

El movimiento nació dentro del judaísmo del Segundo Templo; la destrucción de Jerusalén (70) y la creciente incorporación de gentiles aceleraron la diferenciación. Las referencias de Claudio y disturbios “por Chrestus” señalan tensiones internas en la diáspora judía de Roma a mediados del s. I.

7) Controversias doctrinales y respuestas

“Herejías” y apologistas. Marción, gnósticos (Valentín, Basilides), montanistas, etc. suscitan respuestas de Ireneo, Tertuliano, Orígenes y otros. La literatura apologética (p. ej., Justino, Apología I) explica fe y culto ante autoridades y filósofos.

8) Persecuciones: alcance y documentación

Siglo I: represión local (Roma 64, Nerón), testimoniada por Tácito y Suetonio.
Siglo II: Plinio–Trajano establece praxis: no buscarlos activamente, pero sancionar persistencia.
Siglo III: primeras medidas imperiales generales. Decio (250) exige libelos de sacrificio (libelli), conservados en papiros egipcios; quien se niega es sancionado. Valeriano (257–260) y luego la Gran Persecución de Diocleciano (303–311) intensifican la presión.

9) Formación del canon del Nuevo Testamento

Siglos II–III: colecciones cuatrievangelio y cartas paulinas circulan ampliamente; el Fragmento Muratoriano (texto latino que probablemente refleja una lista romana de fines del s. II) muestra la cristalización de libros aceptados y discutidos.
Eusebio (HE 3.25) distingue “reconocidos”, “disputados” y “espurios”.
Carta Festal 39 de Atanasio (367) ofrece el primer listado exacto de 27 libros del NT tal como hoy, hito en la fijación canónica (aunque la recepción plena fue progresiva).

10) Manuscritos y transmisión textual

Papiros tempranos. P52 (Jn 18, ca. 125–175), P46 (epístolas paulinas, inicios s. III) y otros muestran formato de códice (no rollo) adoptado por cristianos desde temprano.
Grandes códices (s. IV): Sinaítico y Vaticano, testimonio de un NT amplio y relativamente estabilizado (contexto eusebiano).

11) Geografía, idiomas y sociología

Expansión desde Judea-Galilea hacia Siria (Antioquía), Asia Menor, Grecia, Roma y Egipto ya en el s. I–II; en el s. III se consolida el eje Roma–Alejandría–Cartago y comunidades siriacas y copto-egipcias.
Idiomas: griego koiné predomina; surgen tradiciones latina, siriaca y copta. Panorama general en manuales de historia e Eusebio.

12) Arqueología y cultura material

Casas-iglesia (Dura-Europos), catacumbas (Roma) con símbolos (pez, ancla, orante), baptisterios con iconografía bíblica. Dura-Europos es clave como único edificio de asamblea cristiana pre-constantiniana definitivamente identificado y conservado arqueológicamente.

13) Ética y ethos comunitario

Compromisos morales (no hurto, no adulterio, veracidad, ayuda mutua) aparecen en Plinio y la Didaché; la práctica de caridad y asistencia a pobres, viudas y huérfanos fue distintiva y fortaleció redes de solidaridad.

14) Tensiones y “ortodoxia” emergente

Frente a Marción (canon reducido, antítesis Ley-Evangelio) y gnósticos (soteriologías esotéricas), obispos y teólogos elaboran una “regla de fe” pública (credo) y una sucesión de maestros/obispos como garantía frente a doctrinas itinerantes. Eusebio preserva listas episcopales y relatos antiheréticos; Ireneo sistematiza la regla.

15) Hacia la institucionalización (fines s. III–inicios s. IV)

Tras la Gran Persecución (303–311), el cristianismo emerge con estructura episcopal consolidada, corpus canónico casi fijado, red urbana extensa y una teología con consensos básicos (monoteísmo trinitario en gestación). El paso a la era constantiniana transformará la vida pública, la arquitectura y la producción literaria. Síntesis en Britannica.

Anexos temáticos clave

A) Qué aprender de los textos litúrgicos más antiguos

Didaché 9–10 ofrece las primeras plegarias eucarísticas: acción de gracias sobre el cáliz y el pan, acento comunitario (“reúne a tu Iglesia de los confines de la tierra”). Son sobrias, sin desarrollos sacramentales posteriores.
Justino Mártir (ca. 150) describe la Misa dominical: lecturas “de los apóstoles y profetas”, homilía, oración común, ósculo de paz, ofrendas, gran plegaria y comunión enviada a ausentes. Es la primera “radiografía” completa del culto dominical.

B) Evidencias documentales de persecución universal (s. III)

Los libelli del 250 (p. ej., papiro de Teadelfia, Berlín; y Oxirrinco) prueban la exigencia estatal de sacrificar y obtener certificado bajo Decio—no una mera hostilidad local.

C) Canon y autoridad

El Fragmento Muratoriano refleja un proceso: aceptación general de 4 evangelios, Hechos, cartas paulinas y otros; dudas sobre algunos (p. ej., Apocalipsis de Pedro). Eusebio pone etiquetas (“homologoumena”/“antilegomena”). Atanasio (367) consagra el listado de 27; su recepción fue gradual.

Conclusión

El cristianismo primitivo no fue monolítico: nació como movimiento judío mesiánico que, en contacto con el mundo grecorromano, evolucionó hacia una Iglesia urbana transimperial. Su cohesión provino de: (1) un núcleo kerygmático (muerte-resurrección de Jesús como Señor), (2) prácticas compartidas (bautismo, Eucaristía dominical), (3) red episkopal que garantizó continuidad y disciplina, y (4) un corpus de escritos discernido progresivamente en diálogo/choque con alternativas doctrinales. La documentación romana (Tácito, Plinio, Suetonio), judía (Josefo), cristiana (Didaché, Ignacio, Justino, Eusebio), la arqueología (Dura-Europos) y la paleografía (P52 y otros papiros) permiten reconstruir con alta fiabilidad este proceso entre los años 30 y comienzos del IV.

¿Qué “debes saber” en 10 puntos?

Evidencia externa sólida (Tácito, Plinio, Suetonio, Josefo) corrobora la existencia de Cristo/“christiani” y persecuciones puntuales desde 64.
El movimiento nace dentro del judaísmo y se diferencia gradualmente (40–100).
El kerygma: Jesús muerto y resucitado, exaltado como Señor; culto dominical centrado en palabra y mesa.
La Didaché preserva la liturgia y disciplina más primitivas.
La estructura episcopal (obispo-presbíteros-diáconos) emerge nítidamente a inicios del s. II.
Hubo diversidad doctrinal significativa; Nag Hammadi muestra el abanico gnóstico.
Las persecuciones fueron variables: locales en el s. I–II; universales con Decio y Diocleciano.
El canon del NT se formó gradualmente (s. II–IV), con hito en Atanasio (367).
La arqueología confirma casas-iglesia y cultos bautismales tempranos (Dura-Europos).
Los manuscritos más antiguos (P52, P46…) evidencian la temprana difusión textual y el uso del códice.

¿Qué es el Protocristianismo o Cristianismo primitivo?