Clase #033 VIDEO / Berajot 5.5 / Aprende a leer las señales o simanim que te aparecen diariamente

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1. Texto y ubicación de la mishná

La mishná que citas es Berajot 5:5, al final del capítulo dedicado a las leyes de la Amidá (la “Tefilá” por excelencia). El texto hebreo, en forma resumida, dice:

“Quien está orando y se equivoca, es un mal presagio (simán ra) para él.
Y si es el enviado de la congregación (shaliáj tzibur), es mal presagio para quienes lo enviaron,
porque el enviado de una persona es como la persona misma.

Dijeron acerca de Rabí Janina ben Dosa que, cuando oraba por los enfermos, solía decir:
‘Este vivirá y este morirá’.

Le dijeron: ‘¿Cómo lo sabes?’
Él respondió: ‘Si mi plegaria fluye con naturalidad en mi boca (im shegurá tefilatí befí),
sé que es aceptada; pero si no, sé que es rechazada’.”

Esta mishná cierra la sección de Berajot que trata de la concentración, la actitud interior y la corrección del texto en la oración.

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2. Contexto del capítulo 5 de Berajot

El capítulo 5 de Berajot gira en torno a las condiciones espirituales y técnicas de la Tefilá:

  • 5:1 habla de no ponerse de pie a rezar sino “con peso de cabeza”, es decir, con seriedad y recogimiento; los jasidim antiguos esperaban una hora antes de rezar para orientar el corazón al Eterno.
  • 5:2-4 discuten detalles sobre dónde se mencionan las lluvias, la Havdalá, y qué hacer cuando uno se equivoca en partes específicas de la Amidá.
  • 5:5, nuestra mishná, ya no es tan “técnica” sino que entra en la dimensión de signos espirituales, del estado interior del orante y de la figura del shaliáj tzibur.

Es decir: primero la mishná regula cómo rezar; al final, abre una ventana a cómo leer espiritualmente lo que pasa mientras se reza.


3. Análisis frase por frase

3.1. “Quien ora y se equivoca, es un mal presagio para él”

Palabras clave:

  • “Ha-mitpalel ve-ta’á” – el que está rezando y “se equivoca”.
  • “Simán ra lo” – “es un mal signo para él”.

En contexto, “equivocarse” no es un simple lapsus mecánico aislado, sino una pérdida de concentración significativa en la Amidá, que hace que la persona trastorne el orden del rezo o no recuerde lo que debe decir. El capítulo viene hablando de errores graves que obligan a repetir partes de la Tefilá.

Los comentaristas explican:

  • La mishná no está promoviendo superstición (“se equivocó, entonces seguro le pasará algo malo”), sino marcando que el error indica un estado interior deficitario: miedo, distracción, poca kavaná (intención). El “mal presagio” es una lectura espiritual de sí mismo, no una adivinación mágica del futuro.

En otras palabras: si, en el momento de estar de pie ante Dios, la persona no es capaz de mantener la mente y el corazón alineados, eso ya es un “mal signo” de su propio nivel espiritual en ese instante.

3.2. “Y si es el enviado de la congregación…”

“Y si es el shaliáj tzibur, es mal presagio para quienes lo enviaron,
porque el enviado de una persona es como la persona misma.”

Dos conceptos:

  1. Shaliáj tzibur: el que dirige la oración pública. En la antigüedad, muchos no sabían leer de memoria la Amidá, por lo que el shaliáj tzibur rezaba en nombre de todos; ellos cumplían su obligación escuchando y respondiendo “Amén”.
  2. “Shluhó shel adam kemotó”: principio halájico general: “el emisario de una persona es como la persona misma”. Lo que hace el enviado se considera jurídicamente como hecho por el mandante.

Aplicado a nuestra mishná:

  • Si el shaliáj tzibur comete un error serio, esto indica que la comunidad entera no se encuentra en un buen nivel espiritual, porque ellos lo eligieron y rezan a través de él.
  • El “mal presagio” ya no es solo personal; es un diagnóstico de la calidad religiosa del colectivo.

Esto está en la base de las exigencias halájicas posteriores sobre quién puede ser shaliáj tzibur: persona respetable, con buen carácter, conocedora del rezo, sin mala reputación, etc.

3.3. De la ley al ejemplo: Rabí Janina ben Dosa

La segunda parte es una anécdota ejemplificadora:

“Dijeron acerca de Rabí Janina ben Dosa…”

Rabí Janina (o Janina) ben Dosa es un sabio del siglo I, época del Segundo Templo, famoso por su piedad extrema y su eficacia en la oración, con numerosos relatos de milagros en el Talmud (parar la lluvia, sanar enfermos, etc.).

La mishná dice que, al rezar por enfermos, declaraba: “Este vivirá y este morirá”. En el Talmud (Berajot 34b) esta historia se amplía con ejemplos concretos: Rabán Gamliel envía emisarios para que Rabí Janina rece por su hijo enfermo; R. Iojanán ben Zakai hace lo mismo por su propio hijo. En ambos casos, Janina reza y anuncia el resultado; luego se confirma exactamente lo que dijo.

3.4. “Si mi plegaria fluye con naturalidad en mi boca…”

Clave: “im shegurá tefilatí befí”.

  • Literal: “si mi oración está fluida / corriente en mi boca”.
  • Algunos estudios contemporáneos señalan variantes manuscritas que leen algo como “shagrá”, “que fluye con fuerza”, subrayando la idea de un fluir intenso y sin bloqueo.

El criterio de Rabí Janina:

  • Cuando la oración le sale de modo natural, continuo, sin trabas interiores, él entiende que su plegaria es aceptada.
  • Cuando siente que la oración no “sale”, que está bloqueada, que no fluye, lo lee como signo de que la plegaria no es aceptada.

De nuevo, no se trata de magia ni de adivinación automática, sino de una hipersensibilidad espiritual: percibe, en su propio acto de rezar, si está en plena sintonía con la voluntad divina o no.

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4. El hilo conductor: kavaná y eficacia de la oración

Si juntamos todo el capítulo 5, el mensaje es coherente:

  1. La Tefilá exige una disposición interior seria y concentrada (kavaná).
  2. Los errores y confusiones en la Amidá revelan falta de esa kavaná.
  3. Cuando esa falta de concentración aparece en el shaliáj tzibur, es un problema colectivo, porque él es “la boca” de la congregación.
  4. En el extremo opuesto, Rabí Janina ben Dosa representa el modelo de quien vive en un estado de tal alineación espiritual que su propia experiencia al rezar le “dice” si la oración “entró” o no.

La mishná, entonces, une:

  • Dimensión halájica: quién reza, cómo se equívoca, qué implica.
  • Dimensión espiritual-mística: la percepción interior de la aceptación o rechazo de la plegaria.

5. Lecturas clásicas (Rambam, Bartenura y otros)

Rambam

En su comentario a la Mishná, Rambam suele interpretar estos “signos” no como superstición, sino como expresiones pedagógicas:

  • El “mal presagio” indica que quien reza no está en el nivel adecuado de atención y temor reverencial, por eso su oración pierde fuerza.
  • En la Halajá codificada (Mishné Torá, Hiljot Tefilá), Rambam no establece que la persona deba sacar conclusiones fatales sobre su futuro por un error, pero sí insiste en la preparación mental, la concentración y la dignidad del rezo.

Bartenura

El Bartenura, comentarista clásico de la Mishná, suele resumir la lectura talmúdica:

  • Entiende el “simán ra” como señal de que su Tefilá no fue bien recibida.
  • En el caso del shaliáj tzibur, enfatiza que el error es un reflejo de los mandantes: si eligieron mal a su representante, eso mismo ya los compromete.

6. La figura de Rabí Janina ben Dosa

Para entender el peso de la historia, conviene recordar quién es:

  • Descrito como extremadamente pobre, pero con una confianza absoluta en Dios; hay historias de su esposa encendiendo “vinagre como si fuera aceite” por su mérito, o de su intervención sobre la lluvia.
  • En Berajot y Ta’anit es presentado como alguien cercano a Dios de una forma casi íntima: su oración cambia realidades, pero siempre desde la humildad.

Así, la mishná lo muestra como contraste:

  • Frente al orante común, que al equivocarse muestra falta de kavaná,
  • Rabí Janina es el que percibe al instante si su plegaria está alineada o no.

Su frase “si mi oración fluye…” es casi un barómetro interior de conexión espiritual.


7. ¿Qué NO está diciendo la mishná?

Es importante aclarar lo que no enseña:

  1. No legitima la superstición de “malos augurios” en sentido pagano.
    No dice que si uno se traba en una palabra, “seguro le va a ir mal en el negocio” o “va a enfermarse”. Habla del estado de la Tefilá, no de horóscopos religiosos.
  2. No otorga a cualquiera la capacidad de profetizar sobre la vida y la muerte.
    El caso de Rabí Janina es excepcional, ligado a su santidad y a la tradición de los “hombres de milagros”. El Talmud lo presenta como una rareza, no como norma replicable por todos.
  3. No ordena a la persona obsesionarse con cada error.
    La Halajá posterior se ocupa de cuándo hay que repetir partes del rezo o no, pero no convierte cada tropiezo en neurosis religiosa.

8. Lectura teológica y ética

De la mishná se pueden extraer varias líneas de reflexión:

8.1. La oración como espejo del alma

  • La idea de “mal presagio” apunta a que el modo en que rezamos revela quiénes somos en ese momento.
  • Si la mente vaga, si hay temor humano excesivo, si la persona no está realmente “de pie ante el Rey”, la oración se desarma.

La Tefilá, en esta lectura, no es solo pedir cosas, sino un termómetro espiritual.

8.2. Responsabilidad del liderazgo espiritual

  • El shaliáj tzibur encarna la responsabilidad religiosa pública: no solo habla por sí mismo, sino por la comunidad.
  • Si él falla por falta de preparación o seriedad, la mishná dice: el problema es también de la comunidad que lo puso allí. Hay un mensaje fuerte sobre cómo se eligen líderes de oración y, por extensión, líderes religiosos.

8.3. La experiencia interior como criterio

  • En Rabí Janina, el criterio no es una voz del cielo explícita, sino la experiencia subjetiva de la oración: fluye o no fluye.
  • Esto abre una dimensión mística: la persona percibe, desde dentro, si está en verdadera devekut (adhesión) a Dios o no.

9. Aplicaciones contemporáneas

Para un lector actual esta mishná puede leerse así:

  1. Errores en la plegaria
    • No se trata de pánico por fallar, sino de preguntarse qué revela el error: ¿cansancio, apatía, miedo, falta de sentido en lo que digo?
    • El “mal presagio” es una llamada a trabajar la concentración y la autenticidad, no a vivir atado al miedo.
  2. Liderazgo litúrgico y representación
    • Quien dirige una comunidad en la oración tiene que ser digno de confianza, preparado, consciente de que no está “actuando”, sino representando al colectivo ante Dios.
    • La comunidad, por su parte, es responsable de a quién entrega esa voz.
  3. Escuchar la propia oración
    • La enseñanza de Rabí Janina invita a sentir la calidad interna del rezo:
      • ¿Las palabras salen mecánicas o vivas?
      • ¿Hay alineación entre lo que digo y lo que realmente deseo y creo?
    • No para “predecir” resultados, sino para afinar la propia relación con lo divino.

10. Síntesis

En resumen, Mishná Berajot 5.5:

  • Usa el lenguaje de “buen/mal presagio” para hablar de la calidad espiritual de la Tefilá, no para instituir supersticiones.
  • Advierte que quien se equivoca gravemente en su oración revela un déficit de concentración y presencia ante Dios; y si ese orante representa a otros, compromete a toda la comunidad.
  • Presenta a Rabí Janina ben Dosa como modelo extremo de hombre de oración, capaz de percibir en la fluidez o bloqueo de su propio rezo la aceptación o el rechazo de la plegaria.

Te deja, en el fondo, dos preguntas existenciales:

  1. ¿Cómo rezo?
    ¿Con verdadera presencia, o en piloto automático?
  2. ¿Qué me dice mi propia oración sobre mi estado interior?
    ¿Fluye, o se traba? ¿Estoy realmente “de pie ante el Rey”, o solo recitando fórmulas?

Esa es, en esencia, la lectura profunda que propone esta mishná sobre la relación entre el texto de la Tefilá y la condición del corazón que la pronuncia.

Abel
Abelhttps://lamishna.com
Abel Flores es un periodista e investigador especializado -por más de 20 años- en la intersección entre la historia sagrada y los misterios metafísicos. Su trabajo profundiza en la Mishná, la Biblia y la Kabalá, explorando los códigos, contextos y dimensiones ocultas que conectan la tradición bíblica y rabínica con la evolución espiritual y filosófica del mundo. Combina rigor académico con una mirada crítica y analítica, revelando los vínculos entre teología, religión, poder y conocimiento ancestral.
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