Clase #020 VIDEO / Berajot 3.5 / Este es el misterio de los cuatro codos

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Texto de la Mishná (Berajot 3:5)

מִשְׁנָה:
הָעוֹמֵד בַּתְּפִלָּה וְנִזְכַּר שֶׁהוּא בַּעַל קֶרִי, לֹא יַפְסִיק וְיְקַצֵּר.
יָרַד לִטְבּוֹל, אִם יָכוֹל לַעֲלוֹת וְלִתְכַּסּוֹת וְלִקְרוֹת עַד שֶׁלֹּא תֵנָץ הַחַמָּה – יַעֲלֶה וְיִתְכַּסֶּה וְיִקְרָא; וְאִם לָאו, יִתְכַּסֶּה בַמַּיִם וְיִקְרָא.
וְלֹא בַמַּיִם הָרוֹעִים וְלֹא בַמַּיִם שֶׁהִשְׁרָה בָהֶן פִּשְׁתָּן, עַד שֶׁיִּתֵּן לָהֶן מַיִם לְתוֹכָן.
וְכַמָּה יִתְרַחֵק מֵהֶן וּמִן הַצּוֹאָה לִקְרוֹת? אַרְבַּע אַמּוֹת.

VIDEO CLASE #020 EN ESPAÑOL

Traducción (según tu cita y el texto tradicional):

Aquel que estaba de pie en oración y recordó que tuvo una emisión seminal no debe interrumpir su oración, sino abreviar cada bendición. Si descendió para sumergirse, y puede ascender, cubrirse y recitar el Shemá antes del amanecer, que ascienda, se cubra y lo recite. Si no puede, que se cubra con el agua y lo recite allí. Pero no debe hacerlo con agua sucia ni con agua en la que se haya remojado lino, hasta que vierta agua limpia en ella. ¿Y a qué distancia debe uno alejarse de la orina y las heces para recitar el Shemá? Al menos cuatro codos (aproximadamente dos metros).


Contexto histórico y halájico

Esta Mishná continúa el tema de la pureza ritual iniciado en Berajot 3:4, dentro del marco del decreto de Ezra el Escriba, que prohibía el estudio o la oración en estado de impureza seminal (ba‘al keri).

Pero en este punto, el foco cambia:
Ya no se trata solo de la pureza personal, sino de la pureza del entorno y de la actitud durante la oración y la recitación del Shemá.

La Mishná ofrece tres escenarios halájicos:

  1. Quien ya comenzó la oración y recuerda su impureza.
  2. Quien se encuentra en proceso de purificación (bañándose).
  3. Quien necesita orar en un entorno físicamente impuro.

VIDEO CLASE #020 EN INGLÉS


Análisis de las secciones

1. “Aquel que estaba de pie en oración y recordó que tuvo una emisión seminal…”

El ba‘al keri se consideraba ritualmente impuro según Levítico 15:16.
Sin embargo, el principio que enseña la Mishná es no interrumpir la devoción, incluso ante una impureza involuntaria.

  • No interrumpa” (lo yafsik) — porque detener la plegaria sería una falta de respeto hacia Dios.
  • Sino que abrevie” (yekatzér) — debe reducir la longitud o el detalle de las bendiciones, concentrándose en su esencia, por respeto al estado de impureza.

Principio espiritual:
La pureza absoluta no es condición para dirigirse a Dios. Incluso en la imperfección o impureza, el vínculo con lo divino debe mantenerse, aunque con humildad y contención.

Talmud Bavli Berajot 22b:
Rav Yosef enseña que quien interrumpe su oración por impureza muestra que teme más a su estado físico que al Creador. La devoción prevalece sobre el ritual.


2. “Quien desciende a sumergirse…”

Este pasaje describe un caso límite de tiempo:
El amanecer se acerca, y el individuo desea cumplir con la recitación del Shemá antes de la hora límite.

  • Si puede ascender y cubrirse antes del amanecer → que lo haga.
  • Si no → que permanezca en el agua y recite allí, cubriéndose con el agua misma como sustituto de una vestimenta.

Este pasaje refleja una armonización entre pureza ritual y tiempo sagrado:
El Shemá tiene un plazo halájico, y la pureza ritual no debe impedir el cumplimiento del mandamiento.
Se opta por una solución práctica y reverente, equilibrando ambos valores.

Rashi (Berajot 22a) comenta:
El agua actúa como “cobertura” (kisui) para mantener la modestia y el respeto durante la recitación, aunque el cuerpo esté desnudo.


3. “No con agua sucia ni con agua donde se remojó lino…”

Aquí la Mishná introduce una dimensión de higiene y estética espiritual.
El entorno de la oración debe ser limpio, sin mal olor ni contaminación visible.

  • Mayim re‘aim (“agua sucia”): aguas estancadas o con olor desagradable.
  • Mayim shehishrá bahen pishtán (“agua en que se remojó lino”): proceso que desprendía un olor fétido.

El requisito de verter agua limpia (sheyitén lahen mayim letoján) simboliza restaurar la pureza del ambiente antes de pronunciar palabras sagradas.

Enseñanza ética y simbólica:
No solo el cuerpo, sino también el entorno debe estar en estado de dignidad espiritual.
La santidad requiere un espacio limpio, tanto físico como moral.


4. “¿A qué distancia debe uno alejarse de la orina y las heces?”

El mínimo establecido: cuatro codos (arba amot), unos dos metros aproximadamente.
Esto establece una medida halájica básica de respeto a la presencia divina durante el rezo o el estudio de Torá.

Talmud Bavli Berajot 25a–26a:

  • La distancia se aplica tanto a orina y heces humanas como animales.
  • También se considera la dirección del viento: si el olor alcanza al orante, debe alejarse aún más.
  • En sentido místico, las “cuatro amot” representan el espacio personal del hombre ante Dios, dentro del cual debe reinar pureza.

Discusión talmúdica y halájica

El Talmud (Berajot 22b–26a) amplía esta Mishná con varios principios:

  • Sobre el ba‘al keri en oración:
    Rav Sheshet permite continuar la plegaria en silencio; Rav Yehuda sugiere omitir los pasajes más extensos.
    El Talmud concluye que debe abreviar, pero no suspender la comunicación con el Creador.
  • Sobre la pureza del entorno:
    La Guemará establece que el Shemá no debe recitarse en presencia de impureza visible u olorosa.
    Maimónides codifica esta regla en Hiljot Kriat Shemá 3:2–4.
  • Sobre las aguas impuras:
    Los sabios del Talmud asocian las aguas turbias con la ausencia de la Shejiná (presencia divina), de modo que el entorno debe reflejar serenidad y limpieza.

Interpretaciones halájicas posteriores

🔹 Rambam — Mishné Torá, Hiljot Kriat Shemá 3:4–6

“Quien recita el Shemá debe hacerlo en lugar limpio, sin suciedad ni mal olor. Si se encuentra en un baño o cerca de excremento, debe alejarse cuatro codos.”

Rambam enfatiza que la pureza del entorno es un deber perpetuo, no vinculado a los antiguos conceptos de impureza ritual del Templo.

🔹 Shulján Aruj — Oraj Jaím 76–79

  • O.C. 76:1–2: No se recita el Shemá cerca de suciedad o mal olor.
  • O.C. 78:4: El que reza en el agua debe hacerlo con las partes íntimas cubiertas al menos por el agua, siempre que no haya mal olor.

El Shulján Aruj consolida esta Mishná en la práctica diaria:
El espacio de oración debe estar limpio, digno y respetuoso de la santidad del acto.


Dimensión espiritual y ética

1. La pureza como disposición interior

La impureza física no rompe el vínculo con Dios, pero la oración exige conciencia de la santidad.
El individuo puede rezar incluso en el agua, pero debe hacerlo con kavaná (intención y modestia).

2. El entorno como reflejo del alma

Alejarse de la suciedad externa enseña a alejarse también de la “suciedad moral”: pensamientos impuros, distracciones, orgullo o ira.

3. Equilibrio entre lo ritual y lo esencial

La Mishná no exige perfección, sino reverencia.
Incluso quien está en proceso de purificación puede —y debe— conectarse con el Creador.


Lectura simbólica y mística

El Zohar (III:46a, Parashat Tazria) interpreta esta Mishná en clave esotérica:

  • El agua representa la Jasadim (misericordia divina).
  • Sumergirse y recitar en el agua simboliza renacer en pureza espiritual, incluso en medio de la oscuridad o del pecado.
  • Alejarse cuatro codos de la suciedad equivale a establecer un espacio de santidad personal, donde el alma pueda hablar con Dios sin interferencias del mundo material.
Abel
Abelhttps://lamishna.com
Abel Flores es un periodista e investigador especializado -por más de 20 años- en la intersección entre la historia sagrada y los misterios metafísicos. Su trabajo profundiza en la Mishná, la Biblia y la Kabalá, explorando los códigos, contextos y dimensiones ocultas que conectan la tradición bíblica y rabínica con la evolución espiritual y filosófica del mundo. Combina rigor académico con una mirada crítica y analítica, revelando los vínculos entre teología, religión, poder y conocimiento ancestral.
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