Rabí Yehudá ben Bavá: el mártir que salvó la Torá

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“No hay decreto que pueda anular la verdad, ni espada que pueda cortar la sabiduría.”
— Inspirada en su decisión de mantener viva la semijá pese a la prohibición romana.

1) Identidad y época

Rabí Yehudá ben Bavá fue un sabio tanaita activo en la primera mitad del siglo II, en el marco de los decretos hadriánicos que restringieron severamente la vida judía tras la destrucción del Segundo Templo (70) y, luego, la revuelta de Bar Kojbá (132–135). Su nombre aparece en la Mishná, la Tosefta y en la Guemará, y la tradición litúrgica lo cuenta entre los “Asará Harugéi Maljut” (Diez Mártires).

2) Contexto histórico: el veto a la semijá

Bajo Hadriano, Roma prohibió la semijá (ordenación rabínica). El Talmud relata que se decretó pena de muerte tanto para quien ordenara como para el ordenado; la ciudad donde se efectuase sería arrasada y sus límites anulados. Este contexto explica el carácter clandestino y arriesgado de toda transmisión de autoridad rabínica en esos años.

3) El acto decisivo: la ordenación de cinco futuros líderes

Desafiando ese veto, Yehudá ben Bavá condujo a cinco discípulos aptos para la ordenación a un paso montañoso “entre Usha y Shefar’am”, los ordenó y, descubierto por soldados romanos, ordenó a sus alumnos huir mientras él permanecía en su lugar. Allí fue ejecutado —la tradición dice que lo traspasaron con trescientas lanzas—. Los cinco ordenados fueron: Rabí Meir, Rabí Yehudá bar Ilai, Rabí Shimón bar Yojai, Rabí Yosé ben Jalaf­tá y Rabí Elazar ben Shamúa. Este episodio se considera clave para la continuidad institucional del judaísmo rabínico en Galilea.

4) Martirio y memoria litúrgica

Por ese acto, Yehudá ben Bavá es venerado como mártir. La poesía Elé Ezkera (Yom Kipur) y las Kinot de Tishá beAv preservan su memoria junto a otros sabios ejecutados en distintos momentos por el poder romano, configurando el motivo de los “Diez Mártires”.

“Cuando la ley se arriesga, el justo no calla; pues el silencio también mata la Torá.”

5) Enseñanzas y fallos halájicos

5.1 Testimonios en Eduyot 6:1

La Mishná reúne “cinco testimonios” atribuidos a Rabí Yehudá ben Bavá, que muestran su perfil normativo y su peso como transmisor de halajot en tiempos críticos:

  1. Meiún de menores: se instruye a la menor (caso de matrimonio rabínico previo) para que rehúse (meiún), anulando así el vínculo y resolviendo conflictos de levirato y prohibiciones conexas.
  2. Casar a la mujer con testimonio de un solo testigo respecto de la muerte del marido —lo que abre la puerta para liberar a agunot—.
  3. Responsabilidad letal de animales fuera del “shor”: caso paradigmático del gallo apedreado por causar muerte de un menor, extendiendo por analogía la responsabilidad a otras especies.
  4. Vino de cuarenta días: reconocimiento de idoneidad del vino tras cuarenta días (frente a “vino de lagar” recién prensado).
  5. Tamid de la mañana ofrecido en la cuarta hora en un caso histórico excepcional, preservado como precedente.
    Todo esto figura explícitamente en Eduyot 6:1 y resúmenes autorizados de esa mishná.

“Quien enseña en tiempos de persecución sostiene el mundo sobre sus hombros.”

5.2 La regla del “un testigo” para permitir nuevas nupcias

La línea más influyente atribuida a Yehudá ben Bavá es aceptar un solo testigo para dar por muerto al ausente y permitir que su esposa se case nuevamente, con particular énfasis en contextos de guerra o conmoción. El Talmud (Yevamot 115–122) registra debates y relatos que confirman esta tendencia y su transmisión por autoridades como Rabán Gamliel; más tarde, se formula el principio “mišum aguná akilú bah rabbanán” (“por la aguná, los rabinos flexibilizaron”), que marcará la praxis halájica. Fuentes académicas y halájicas modernas reconocen ese linaje normativo.

la Mishná y la Guemará muestran que, aunque la regla general en derecho probatorio es “dos testigos”, en el tema específico de agunot se aceptaron ampliaciones (p.ej., tipos de testigos, calidad de la señal y circunstancias), línea en la que Yehudá ben Bavá figura de manera destacada.

6) Perfil intelectual y redes de influencia

  • Relaciones doctrinales: algunas fuentes presentan a Rabí Akiva como su contraparte más exigente en disputas; sin embargo, el mismo complejo talmúdico lo valida indirectamente cuando se confirma la tradición del “un testigo” en nombre de Rabán Gamliel.
  • Efecto institucional: al ordenar a figuras que luego serían pilares de la segunda generación de Galilea (Meir, Yehudá bar Ilai, Shimón bar Yojai, Yosé b. Jalaf­tá, Elazar b. Shamúa), aseguró continuidad a la cadena de semijá y al liderazgo del Sanedrín (Usha, Shefar’am) en la posguerra.

7) Geografía y memoria material

El relato sitúa su acto entre Usha y Shefar’am (Baja Galilea), sedes tempranas del Sanedrín en la era post-Yavne. La tradición local identifica un sitio de sepultura venerado en la zona de Shefar’am.

“No temas ser el único justo en el camino: cuando caminas con la verdad, nunca estás solo.”

8) Cronología aproximada

  • Actividad: c. 120–135 e.c., bajo las proscripciones hadriánicas.
  • Martirio: posterior a las ordenaciones clandestinas; su memoria queda integrada en los ciclos litúrgicos de duelo nacional.

9) Significado histórico-religioso

La figura de Yehudá ben Bavá condensa tres vectores:

  1. Resiliencia institucional: sostuvo la continuidad de la semijá cuando su interrupción habría fracturado la autoridad rabínica.
  2. Pragmatismo halájico con compasión social: su aceptación del un testigo para liberar agunot marcó un giro humanizador dentro de parámetros legales tradicionales, con proyección normativa hasta la halajá medieval y moderna.
  3. Modelo de sacrificio: su martirio quedó como símbolo de liderazgo responsable que se expone para salvar tanto personas (las esposas encadenadas) como estructuras (la cadena de la semijá).

10) Fuentes primarias clave

  • Talmud, Sanhedrín 14a: decreto romano contra la semijá, ordenación de cinco sabios y martirio.
  • Mishná, Eduyot 6:1: los cinco testimonios de Yehudá ben Bavá.
  • Yevamot 115–122: desarrollo del principio del un testigo y su validación por tradición de Rabán Gamliel.
  • Midrash y liturgia: Elé Ezkera y kinot sobre los Diez Mártires.

Conclusión

Rabí Yehudá ben Bavá encarna el punto en que el liderazgo legal y moral se vuelve inseparable del coraje cívico. Su decisión de ordenar, sabiendo el costo, y su línea halájica para aliviar el sufrimiento de agunot dieron continuidad y humanidad al sistema rabínico en su momento más frágil. Estudiarlo no es sólo revisar una biografía: es comprender cómo se preservó el nervio institucional del judaísmo tras catástrofes sucesivas.

“Si la Torá cae, que sea sobre mis huesos.”
— Tradicionalmente vinculada al espíritu de sus últimas palabras antes del martirio.

Abel
Abelhttps://lamishna.com
Abel Flores es un periodista e investigador especializado -por más de 20 años- en la intersección entre la historia sagrada y los misterios metafísicos. Su trabajo profundiza en la Mishná, la Biblia y la Kabalá, explorando los códigos, contextos y dimensiones ocultas que conectan la tradición bíblica y rabínica con la evolución espiritual y filosófica del mundo. Combina rigor académico con una mirada crítica y analítica, revelando los vínculos entre teología, religión, poder y conocimiento ancestral.
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