Los siete tipos de fariseos: contexto histórico y lectura rabínica

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“Hay siete tipos de fariseos.” Talmud, Sotá 22b

1. Contexto: ¿quiénes eran los fariseos y de dónde salen?

1.1. Origen histórico del movimiento fariseo

  • Los fariseos (perushim, “separados”) surgen en el período helenístico-hasmoneo (siglos II–I a. e. c.), como un grupo de piadosos laicos y maestros de la Ley que se oponen a la excesiva helenización y a la concentración del poder religioso en la aristocracia sacerdotal (que dará lugar a los saduceos).
  • Muchos estudiosos los ven como herederos de los jasidim (hasideans) mencionados en 1 y 2 Macabeos: un grupo de piadosos que apoyó inicialmente la revuelta macabea, pero que luego se distanció cuando la lucha se volvió más política y dinástica.
  • Según Josefo, hacia el siglo I a. e. c.-I d. e. c. los fariseos eran unos 6.000 y tenían gran influencia sobre el pueblo llano, en contraste con la élite sacerdotal saducea.

1.2. Rasgos básicos del fariseísmo

  1. Autoridad de la “Tradición de los Padres”
    No se limitan a la Torá escrita, sino que sostienen una Torá oral (mitos, halajot, costumbres) con autoridad normativa.
  2. Énfasis en la pureza y la santidad en la vida cotidiana
    Extienden criterios de pureza sacerdotal al pueblo en general (comidas, diezmos, etc.), lo que explica el nombre “separados”: se separan de quienes no siguen estas normas.
  3. Doctrinas clave
    • Creencia en la resurrección de los muertos, en contraste con los saduceos.
    • Creencia en ángeles, recompensa y castigo post-mortem.
    • Combinación de providencia divina y responsabilidad humana.
  4. Continuidad con el judaísmo rabínico
    Tras la destrucción del Templo (70 d. e. c.), la línea farisea es la que desemboca en el judaísmo rabínico clásico. Por eso, en la literatura rabínica, los fariseos aparecen, en buena medida, como los “antepasados” de los rabinos.

“Los fariseos son los más exactos intérpretes de las leyes y tienen gran autoridad entre el pueblo.” Flavio Josefo, Antigüedades judías 13.171


2. Grupos y escuelas fariseas reales en la época del Segundo Templo

Históricamente podemos hablar de líneas internas dentro del fariseísmo, pero muy pocas están documentadas como “escuelas” estructuradas. Las principales son:

2.1. Bet Hillel y Bet Shammai

Son las dos grandes escuelas halájicas fariseas de finales del período del Segundo Templo.

  • Hillel (activo aprox. finales del siglo I a. e. c.) y Shammai (ligeramente posterior) son dos maestros fariseos cuyas interpretaciones de la Ley marcan dos estilos distintos.
  • Sus discípulos se llaman Bet Hillel (Casa de Hillel) y Bet Shammai (Casa de Shammai).

Carácter general de cada escuela (simplificando lo que nos dan las fuentes rabínicas):

  • Bet Hillel
    • Más flexibles en muchas normas.
    • Famosos por enfatizar la misericordia, la paz y la accesibilidad de la Ley.
    • Muchas halajot finalmente aceptadas siguen la opinión de Hillel.
  • Bet Shammai
    • Más estrictos y literalistas en la interpretación.
    • En temas de pureza, matrimonio, conversión de gentiles, etc., suelen adoptar la posición más exigente.

Históricamente, estas dos escuelas son los “partidos internos” fariseos más claros. Pero, contado así, estamos hablando de dos escuelas, no de siete.

2.2. Otras distinciones internas (no “escuelas formales”)

En las fuentes aparece también:

  • La distinción entre chaverim (miembros comprometidos que observan estrictamente purezas y diezmos) y am haaretz (gente del pueblo, menos estricta), donde los primeros suelen estar ligados al círculo fariseo.
  • Dentro del movimiento hay fariseos más cercanos al poder político y otros más críticos, especialmente en la época de Herodes y de los procuradores romanos.

Pero nada de esto se presenta como una lista de “siete grupos fariseos organizados”. Esa cifra de siete viene de otro lado: de la literatura rabínica.


3. El famoso texto de los “siete tipos de fariseos” (Sotá 22b)

3.1. El pasaje talmúdico

En el Talmud de Babilonia, tratado Sotá 22b, aparece un baraita (tradición tanaítica) que dice:

“Nuestros Rabinos enseñaron: hay siete tipos de fariseos:
el fariseo shikmi,
el fariseo nikpi,
el fariseo kizai,
el fariseo medokiya (“majadero/pilón”),
el fariseo que siempre dice ‘¿Cuál es mi deber para que lo cumpla?’,
el fariseo por amor
y el fariseo por temor.”

El contexto es crítico: se habla de la “plaga de fariseos” (makat perushim), aludiendo a la hipocresía y al exhibicionismo religioso. El propio Talmud aclara que no todos los fariseos entran ahí: el texto distingue claramente tipos malos y tipos buenos.

3.2. Los siete tipos, uno por uno

Las explicaciones exactas varían ligeramente según las traducciones, pero el esquema es:

  1. Fariseo shikmi (del “hombro” o de Siquem)
    • Interpretado como el que “lleva las mitzvot sobre el hombro”, es decir, exhibe sus obras para que todos las vean, o bien el que actúa como el pueblo de Siquem, que se circuncidó por interés (Gén 34).
    • Imagen de ostentación y cálculo: hace el bien por reputación.
  2. Fariseo nikpi
    • Suele entenderse como el que “choca sus pies” porque camina arrastrándolos para parecer humilde, o el que da pasos minúsculos para no “pecar”.
    • Es una caricatura de falsa humildad, una teatralización de la piedad.
  3. Fariseo kizai (“fariseo de la herida/contusión”)
    • Tradicionalmente: el que, para evitar mirar mujeres, cierra los ojos y se golpea contra las paredes, de ahí sus “heridas”.
    • Crítica a un ascetismo ridículo y extremo que no nace de un corazón recto sino de una obsesión con la propia imagen religiosa.
  4. Fariseo medokiya (“pestle”, “de mortero”)
    • Se describe como encorvado como un pilón de mortero, siempre con la cabeza gacha para parecer devoto.
    • De nuevo, ironía contra la postura corporal teatral de humildad.
  5. Fariseo “¿Cuál es mi obligación para hacerla?” (מה חובתי ואעשנה)
    • El que constantemente pregunta: “¿Qué otra mitsvá debo hacer?”
    • El Talmud discute si es una actitud sincera o calculadora; a menudo se le lee como el que busca acumular méritos para su propia cuenta, casi como un inversionista espiritual.
  6. Fariseo por amor (me’ahavá)
    • El que cumple la Torá por amor a Dios.
    • Es uno de los dos tipos positivos en la lista: el modelo ideal.
  7. Fariseo por temor (meyirá)
    • El que cumple la Torá por temor a Dios, es decir, con conciencia del juicio y del castigo.
    • Aunque el motivo es menos perfecto que el amor, sigue siendo un fariseo auténtico, no hipócrita.

En muchas interpretaciones clásicas y modernas se resume así: cinco tipos negativos, uno ambiguo y dos positivos (amor y temor).

3.3. ¿Son “escuelas” o “grupos organizados”?

No. Este pasaje es:

  • Un discurso ético y satírico, probablemente basado en experiencias reales de maestros con distintos tipos de discípulos y colegas.
  • Un ejemplo de que los propios rabinos criticaron duramente la hipocresía dentro de su movimiento.

El Talmud no dice que existan siete escuelas o corrientes estructuradas, sino siete formas de ser fariseo, es decir, tipologías espirituales y morales.

“Haced y guardad lo que os digan; pero no imitéis sus obras.” Mateo 23:3


4. Origen y circulación de la idea “siete grupos fariseos”

4.1. Desde el Talmud a la literatura posterior

  • El baraita de Sotá 22b es recogido y comentado por muchas obras posteriores (enciclopedias judías, artículos de divulgación cristiana, etc.).
  • Estas obras suelen explicar que se trata de una autocrítica farisea similar a las críticas de Jesús a los fariseos hipócritas, y que incluso hay paralelos entre los “siete tipos de fariseos” y los “siete ayes” de Mateo 23.

En algunos sermones y comentarios cristianos modernos, esta lista se ha releído de forma simplista como si fueran “siete sectas fariseas”, lo cual no refleja con precisión el carácter literario original del texto.

4.2. Confusión con las escuelas verdaderas (Hillel y Shammai)

Es frecuente que se mezclen:

  • Las dos escuelas reales fariseas (Bet Hillel y Bet Shammai).
  • Con los “siete tipos” morales de Sotá 22b.

De ahí salen frases del tipo: “Había siete grupos o escuelas fariseas”, que, estrictamente hablando, son inexactas si se las toma como descripción histórica del mapa político-fariseo del siglo I.


5. Qué nos revela esta clasificación sobre el fariseísmo

5.1. Autocrítica rabínica a la hipocresía

El pasaje muestra que:

  • Los propios sabios veían el peligro de la hipocresía dentro de un movimiento que ponía tanto énfasis en la piedad visible y en la observancia.
  • No tienen problema en hablar de una “plaga de fariseos”; el mensaje es claro: no basta con pertenecer al grupo correcto ni con acumular prácticas; lo decisivo es la intención (kavaná) y la autenticidad.

5.2. Diversidad interna: del fariseo auténtico al fariseo exhibicionista

La lista sugiere que, dentro del mundo fariseo, convivían:

  • Fariseos auténticos, que servían a Dios por amor o por temor reverente.
  • Fariseos deformados, que convertían la religión en teatro:
    • obsesión por la postura, la caminata, los detalles externos,
    • búsqueda de reputación,
    • exageraciones ascéticas sin profundidad interior.

Es decir, el texto rabínico reconoce la tensión interna entre la vocación ideal del fariseísmo y sus posibles degeneraciones.

5.3. Parallelos con las críticas de Jesús (a nivel histórico-literario)

Numerosos estudios señalan que:

  • Las críticas de Jesús a los fariseos en los Evangelios (sobre hacer las obras “para ser vistos por los hombres”, cargar cargas sobre otros, etc.) se parecen mucho a la autocrítica rabínica de Sotá 22b.
  • Esto refuerza la idea de que no estamos ante una guerra de “Jesús vs. todos los fariseos” sino ante una disputa intrajudía sobre el modo correcto de vivir la Ley.

Históricamente, es razonable ver estas críticas como parte de una discusión interna en un judaísmo plural, donde varios maestros —entre ellos Jesús y los rabinos fariseos— polemizan contra la hipocresía y el legalismo vacío.

“El fariseísmo no fue una secta marginal, sino el laboratorio espiritual del que nació el judaísmo rabínico.” Jacob Neusner


6. Balance histórico-crítico: ¿cuáles eran los “grupos fariseos”?

Resumiendo tu pregunta desde un punto de vista de investigación:

6.1. Grupos/escuelas fariseas históricamente verificables

  1. Fariseos como movimiento en general
    • Opuestos a saduceos y, en parte, a esenios.
    • Basados en la Torá oral, en la pureza extendida y en la doctrina de la resurrección.
  2. Escuelas fariseas internas documentadas:
    • Bet Hillel y Bet Shammai: escuelas legales rivales dentro del fariseísmo, con diferencias notables en interpretación pero dentro del mismo marco doctrinal básico.
  3. Otras divisiones menores (chaverim / am-haaretz, actitudes frente al poder, etc.) que no se presentan nunca como “siete escuelas”.

6.2. Los “siete tipos de fariseos” de Sotá 22b

  • Son una tipología ética, no una fotografía sociológica.
  • Funcionan como predicación interna y autocrítica del movimiento.
  • Históricamente, nos informan de:
    • la conciencia rabínica del riesgo de hipocresía,
    • la percepción de que muchos “fariseos” podían usar la identidad piadosa como pantalla,
    • la existencia de fariseos genuinos, que los propios sabios distinguen cuidadosamente.

“Para entender a Jesús históricamente, primero hay que entender a los fariseos.” E. P. Sanders


7. Conclusión

  1. No hubo siete sectas fariseas organizadas, al estilo de partidos con estructura y programa diferenciados.
  2. Históricamente, dentro del fariseísmo sobresalen sobre todo dos grandes escuelas halájicas: Bet Hillel y Bet Shammai, más algunas divisiones internas menos definidas.
  3. La famosa lista de “siete tipos de fariseos” proviene del Talmud (Sotá 22b) y debe entenderse como:
    • una clasificación moral y satírica de tipos de piadosos,
    • una autocrítica farisea contra la hipocresía,
    • y un reconocimiento explícito de que hay fariseos “malos” y fariseos “buenos” dentro del mismo movimiento.
Abel
Abelhttps://lamishna.com
Abel Flores es un periodista e investigador especializado -por más de 20 años- en la intersección entre la historia sagrada y los misterios metafísicos. Su trabajo profundiza en la Mishná, la Biblia y la Kabalá, explorando los códigos, contextos y dimensiones ocultas que conectan la tradición bíblica y rabínica con la evolución espiritual y filosófica del mundo. Combina rigor académico con una mirada crítica y analítica, revelando los vínculos entre teología, religión, poder y conocimiento ancestral.
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